Carta a mi querida Alicia.
Querida Alicia:
Me has contado que algunas veces te has sentido como aburrida y no sabes por qué. Hasta te sientes mal, como culpable, como mal agradecida, pues si te pones a ver todo lo que puedes contar como bendiciones la lista sería muy larga. Y aun viendo todo lo que puedes agradecer sigues sintiendo como una aburricioncita por allá adentro que no te deja vivir alegre ni en paz. Es más, a veces te sientes irritable. En otras ocasiones, te ves envidiando a otros. Y varias veces te encuentras como soñando despierta mirando el infinito. Y es como una sensación que no sabes ni describir… Como si fuera una pequeña depresión. Los lunes llegan a ser enemigos que te obligan a arrastrar los pies hasta tu lugar de trabajo. ¡Menos mal que llegan las quincenas para que algo valga la pena! ¡Esa platica sí que alegra el día! Pero al cabo de una semana, otra vez esas sensaciones aburridoras. Es más, has sido como un pájaro encerrado en una hermosa jaula, amplia, espaciosa, bien decorada, con buen alimento y buena compañía…. Pero no es feliz. Y es como si fueras el pájaro. ¿Porqué? ¿Qué me pasa? – me preguntas. Y he escuchado a la gente que ha llegado un preguntarme: ¿Debemos tener un propósito para ser felices? ¿Y si yo no lo tengo? ¿Todos tienen pasiones? Te contesto con otra pregunta. ¿Conoces a alguien que no tenga problemas o retos o dificultades? Seguramente tu respuesta será como la de todos a quienes les pregunto: NO. No existe una vida sin problemas. Y cuando tus esfuerzos, luchas y sufrimientos no tienen sentido, cuando no hay un propósito superior a lo terrenal, se siente mucho más pesado el viaje de la vida, tanto que llega a enfermar, desgastar y provocar rendición, con pensamientos hasta el suicidio. Nietzche decía: “Cuando tenemos un gran por qué, podemos soportar casi cualquier como”. Ese porqué es el propósito fundamental, existencial. Mejor dicho, el propósito es lo que te mantiene viva. Pero viva de verdad. No muerta en vida. Viva es vibrante, alegre, expansiva, apasionada, creativa. Mejor dicho, sin ese propósito tu vida perdería tanto sentido que sería mejor no vivirla. ¿Recuerdas la película Corazón Valiente? Hay quienes han dado su vida por un propósito superior. Ese propósito da fuerzas, da valor, da sentido, da alegría. ¿Por qué darías tu vida? ¿Qué le da alegría, sentido, disfrute a tu vida? ¿Qué te levanta de la cama? ¿Qué te hace olvidar los cansancios, sueño, hambre, dolores? Eso que respondas, son tus pasiones, y las pasiones te llevan a des-cubrir tu propósito de vida, lo que te importa profundamente, lo que le da trascendencia a tu vida. ¿Cómo quieres que te recuerden? ¿Cuál es la huella que quieres dejar cuando te vayas? Eso, mi querida Alicia, es tu propósito de vida. Es lo que da la vida a tu vida. Eso, Alicia amiga mía, es felicidad.
Dana Benarroch V.